martes, 26 de julio de 2011

UNOS DIAS DE VIAJE







fotos: (de arriba hacia abajo) mujeres lavando en el rio Panchavati, con las Hermanas del Noviciado de Nashik -Josefa, la monja gallega que luego cuento, es la de la derecha, y mujer haciendo collar de flores, a orillas del mismo rio.






El viernes día 15 llegamos a Nashik, ciudad sagrada para los hinduistas. Nos hemos levantado muy temprano, a las 5 de la mañana teníamos que salir de casa para coger el tren de las 5:45. A la estación nos han acompañado 2 chicas. Al llegar, nos hemos quedado bastante sorprendidas con el paisaje: muchas familias o gente sola había pasado allí la noche, la mayoría seguían durmiendo sobre el suelo, con la ropa sucia, en cualquier sitio. A parte de esto, el olor que había ya en la parte de los andenes era bastante insoportable, básicamente a pis, pero también a pescado. Sorteando los charcos, no siempre con suerte, llegamos a nuestro vagón. Lo peor del viaje ha sido el momento de ir al baño del tren… no voy a profundizar en esto, sólo decir que el equilibrio es muy importante. Bueno, y casi se me olvida, no puedo dejar de mencionar el quipo de fútbol (o algún deporte de equipo) que se ha subido en la segunda o tercera parada, y como parece ser que habían ganado algo, han estado cantando, bombos y platillos incluidos, durante todo el viaje. Menos mal que tengo a mis amigos los tapones, porque mis compañeras han estado contentas… Cuando el tren ha llegado a su destino, ya estábamos avisadas por Sister Margaret de que la gente querría subir antes de dejar bajar (lo cual no entiendo porqué hacen, si al final van a subir de todos modos), así que había que estar ya preparadas en la puerta para que no se nos viniera la avalancha humana. Y así fue: tuvimos que empujar más que los de fuera para poder bajar, pero lo conseguimos, estábamos en Nashik. Allí nos estaba esperando Sister Margaret (si, otra Margaret), y por primera vez en la India, hemos cogido un rickshaw (moto de tres ruedas cubierto), modo de transporte típico de aquí. Para ser más exactos, éstos eran auto-rickshaws, porque los auténticos rickshaws son los que en vez de moto es bici, y el conductor tiene que pedalear, lo cual es un esfuerzo físico increíble. Al llegar al noviciado (donde se forman las novicias, futuras monjas) nos han recibido las demás Hermanas, hemos dejado nuestras cosas y después hemos ido a misa, a la parroquia del Niño Jesus de Praga.


Después de comer, hemos ido con Sister Margaret, y Wilfred, un hombre de confianza de las Hermanas que suele hacer las veces de chófer cuando éstas se lo piden. Desde el principio nos dimos cuenta de que era una persona generosa, con un gran corazón y muchas ganas de ayudar y respeto por las Hermanas. Hemos estado viendo los lugares más importantes de Nashik: primero Tapovan, donde cuenta la leyenda que le cortaron la nariz a Surupanaka, un personaje mitológico de la historia del hinduismo, y es por esto que Nashik lleva ese nombre, porque significa nariz. Allí hemos cruzado un puente de madera que no inspiraba mucha estabilidad y hemos sacado fotos.


La siguiente parada fue uno de los lugares más bonitos de la India que he visto hasta ahora: el río sagrado Panchavati, donde va mucha gente a purificarse y “limpiar” sus pecados, a lavar la ropa y a ellos mismos. Era una explosión de color, yo me quedé como hipnotizada, sin poder dejar de mirar a todas partes, porque aquello me parecía un micro mundo que giraba en torno a ese río, y la gente se bastaba de él. He subido algunas fotos, espero que os gusten.


Después al templo de Shiva, llamado Someshwar, y por último en Sitagupha, donde supuestamente Sita fue descubierta escondida, un sitio sagrado y de peregrinación para los hinduistas.


Antes del último sitio, Wilfred ha parado en casa de un amigo para comprar agua, allí estaba su madre, una mujer mayor que se veía que había sido guapísima. La mujer nos ha sacado refresco (es impresionante la hospitalidad india, los más pobres siempre tienen también algo que ofrecerte, un té, un refresco, quieren que te sientas en tu casa, que te lleves una buena impresión). Cuando Gabi le ha dicho a Wilfred, en inglés, que el refresco estaba muy bueno, éste se lo ha traducido a la mujer (que sólo habla hindi) pero diciéndole que lo que había dicho la chica es que ella era muy guapa. Y parece que la mujer se ha puesto sensible, porque además era viuda, y se ha emocionado, con lágrimas en los ojos, explicando que ella antes era muy guapa pero que ya no, que era vieja y que desde que murió su marido… Y claro, hemos estado todas consolándole, diciéndole que es muy guapa todavía, sacando fotos con ella. Al final hemos acabado dando y recibiendo un montón de besos de la señora, que al final ya se ha quedado contenta, porque para los indios, y sobre todo los más pobres, recibir una visita en casa, y creo que especialmente de “blancos” o gente que consideran viene de un mundo más desarrollado que el suyo, es todo un acontecimiento, e insisten para ofrecerte algo de beber, y de comer, de que te sientes, te enseñan sus fotos, te cuentan la historia de la familia….Bueno, voy a dejar para más adelante esta parte del carácter del pueblo indio, porque más visitas a casas hubo más tarde. Cuando nos hemos ido, nos ha dado una bolsa grande de hojaldres que había ido a comprar, con el poco dinero que tendrá. Estas cosas hacen que el corazón que tan dormido tenemos, se despierte de un salto, y sienta el calor, en forma de amor, de otros, cercanos, que lo desprenden de forma generosa y sincera. Y algo se te remueve por dentro… cuando te montas de nuevo en el coche, y esta madre sale de su casa donde nos ha recibido para acompañarnos hasta él, y aunque no hable inglés, ni nosotras hindi, nos dedicamos mutuas miradas de emocionada gratitud.


Por la noche, de vuelta en el noviciado, hemos ido a ver a las niñas del “boarding” (internado) de allí. Son menos y más pequeñas que en Regina Pacis, y más formales, hay que decir. Son un encanto, lo malo es que no saben inglés y por eso no pudimos hablar mucho con ellas, aunque nos miraban con los ojos muy abiertos, intentando captar información sobre nosotras. La hermana que se encarga de ellas nos ha enseñado como viven, y nos ha dado mucha pena cuando nos ha enseñado como duermen en el suelo, con sus mantitas estiradas, nada más. Las comidas, también son en el suelo…

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