sábado, 17 de septiembre de 2011

COMENTARIOS

¡Hola de nuevo!

Casi al final de mi experiencia he cambiado la opción para que todo el mundo pueda hacerme comentario (ya me vale), y más vale tarde que nunca así que... ya podeis poneros a escribir, que siempre he querido tener algo más de "feeback".

Ahora mismo estoy en Goa, un lugar paradisíaco de playas de agua azul y arena fina y clara. Generalmente hay muchos extranjeros, pero ahora mismo todos los turistas son indios, por eso en el bus turístico en el que he ido hoy por la parte sur de la ciudad, la colonial portuguesa, me he tenido que tragar las explicaciones del guía en hindi. De todas formas, estoy teniendo suerte porque no está lloviendo (normalmente en esta época de año llueve mucho aquí). Mañana haré otro tour por la parte norte.
Estoy escribiendo diario así que cuando vuelva a Mumbai, el martes, espero publicar una entrada con fotos y contando mis andaduras.

Todo aquel que me lea o me haya seguido hasta ahora que se sienta invitado a escribirme lo que quiera.

Saludos,

Lucia

martes, 13 de septiembre de 2011

CELEBRACIONES RELIGIOSAS: Inmersión de Ganpati en Chowpaty y ascensión a la basílica de Mount Mery en Bandra














fotos (de arriba hacia abajo): Sister Fatima con su hucha y chaleco reflectante, Maria, la abuelita adorable, varios "ganpatis" gigantes en la playa de Chowpaty antes de ser sumergidos, la basilica de Mount Mery, gente celebrando la inmersion de Ganesh en Chowpaty, y la Virgen de Mount Mery.



















































Domingo 11
Este día era el último día para los hindúes de estar con Ganpati, el dios elefante. A lo largo de este día, había que sumergirlo en las aguas de algún lago, río, o mar, como ya conté en la entrada anterior. Edurne y yo no quisimos perdernos el espectáculo que habría en la playa de Chowpaty, donde la mayoría de la gente lleva su figura para despedirla por todo lo alto. La playa estaba llena, había un importante despliegue policial, así como numerosas televisiones y radios de Mumbai. Nos fuimos moviendo con la masa, hasta llegar a la orilla del mar, donde muchas familias o grupos de vecinos empezaban a dejar las representaciones de sus dioses. Pero los más grandes y espectaculares ganpatis esperaban su turno al principio de la playa, para ser arrastrados hasta la orilla en sus estructuras con ruedas por varios hombres, que lo llevaban corriendo. Se hacía un pasillo delante, y a medida que pasaba, la gente seguía la gran figura corriendo. Se veían varios barcos mar adentro abandonando las figuras. Mucha gente estaba teñida de rosa o rojo, como tantos de los días desde el 1, cuando llevaban o traían al dios en camiones. Llovía un poco, “sirimiri”, que diríamos en Euskadi, pero la gente hubiera aguantado “calabobos” y el diluvio universal con tal de ver a su Ganesh sumergirse en las aguas del mar Arábigo. Edurne y yo nos pusimos “titas” a sacar fotos, fue muy divertido, hasta que quisimos salir cruzando por donde los elefantes gigantes (no había otra salida), donde se concentraba todo el mundo. Un poco de agobio, agarrar bien el bolso, empujar y ser empujadas y estábamos fuera. Tarde aprovechada, oyes.

Lunes 12
9 días antes del nacimiento de la Virgen, el día 8 de septiembre, se celebra la novena, nueve días es los que se va a misa todas las tardes y recordar la vida de María. Yo he ido con las niñas un par de veces. Se ponen sus mejores galas, el “white pouder” en cara y cuello (una especie de polvos de talco que les encanta), y se van en grupitos a coger sitio. El día 8 fue la gran fiesta, y les acompañé a la Iglesia de Our Lady of Glory, la del barrio. Pusieron ante el altar una tarta, que cortó una niña pequeña de la cual supuse también sería el cumpleaños ese día, y cantaron el “happy birthday to you”. Las misas católicas en la India y en Europa son casi iguales, pero hay pequeños detalles que marcan diferencias. Por ejemplo, a la hora de darse la paz los unos a los otros, no se dan la mano como nosotros, sino que se saludan a la forma india: juntando las palmas de las manos y agachando un poco el cuello. Luego, para comulgar, lo hacen en perfecto orden, primero los de los bancos delanteros, luego los de la segunda fila, y así sucesivamente. Al final de la misa, el cura no dice lo de “podéis ir en paz”, sino que se va y la gente se queda cantando una última canción.



Después del día 8, es tradición subir a la basílica de Mount Mery, en Bandra, durante 10 días. Yo fui ayer, lunes, con Sister Fátima, Sister Fleggy, y dos novicias, que iban a pedir dinero para la reparación de la Iglesia de nuestro barrio (de mío ya queda poco…). Quedamos a las 7 de la mañana y fuimos a la estación de Byculla a coger el tren. En Dadar hicimos trasbordo y bajamos en Bandra, donde montamos en un autobús que nos dejó a los pies de Mount Mery. No estaba muy alto, por el camino había muchos puestecillos que vendían figuras blancas en forma de pie, brazo, cabeza, estómago, y casi todas las partes del cuerpo, así como casas y representaciones de otras cosas por las cuales la gente pueda pedir. Es decir, si sufres del estómago, te compras un estómago de éstos y lo ofreces a la Virgen (a buenas horas se me plantea esta solución milagrosa para los problemas intestinales que sufrimos los extranjeros en la India).
Cuando llegamos a la basílica faltaban 10 minutos para que empezase la misa, así que pillé sitio nada más llegar. Las Sisters y las novicias también buscaron sitios estratégicos para pedir. Había monjas de muchas otras congregaciones. Después de la misa, me acerqué entre la marabunta de gente hasta aquella Virgen llena de flores, y vestida con telas finas y encajes de oro, puesta sobre un fondo lleno de pinturas de pasajes bíblicos y muy bien iluminado. Salí de la basílica y di una vuelta a ver si veía a las Sisters o a las novicias. No las encontraba, pero quería llevarles un zumo a cada una porque estar toda la mañana de pie con ese calor y no beber nada no puede ser bueno…Entonces vi una callejuela muy estrecha, que tenía al principio unos puestos de comida. Quise curiosear y me adentré (por experiencia el andar por calles estrechas y pobres en esta ciudad siempre es una aventura), llegando a la parte costera, donde había muchas casitas de gente muy humilde. Con mi palidez y mi cámara de fotos, no pude pasar desapercibida por mucho tiempo. Enseguida apareció la típica abuelita adorable, aburrida pero de buen humor, María se llamaba, que me habló y me quiso enseñar algunas cosas de esa pequeña zona de casuchas a las orillas de Bandra: la mezquita, un alto que tenía buenas vistas... Veía que yo sacaba fotos a todo, así que cuando me fui a despedir le entraron ganas de tener su minuto de gloria, y me pidió que le sacara una foto. Se reía cuando me lo pidió, como sorprendida por su atrevimiento, y porque los chavales que por allí vivían, (que se notaba que la querían mucho), nos estaban observando desde que ella había hecho de anfitriona del lugar.

Cuando deshice mis pasos, vi a Sister Fátima en una esquina de la Iglesia, con su hucha metálica y un chaleco naranja reflectante sobre el sari azul. Entonces fui a comprar 4 zumos, y les di uno a cada una. También eché propina a la hucha y me despedí. Finalmente, cogí un ricksaw hasta la estación y volví a Regina Pacis escuchando mi mp3 tranquilamente, como una lugareña más.

sábado, 10 de septiembre de 2011

GANPATI FESTIVAL





Este año, la festividad hindú del dios Ganpati o Ganesha, con cuerpo humano y cabeza de elefante, es del 1 al 11 de septiembre (cada año varían las fechas dependiendo del calendario hindú). Es un acontecimiento muy importante en muchos estados de la India, sobre todo enMaharastra , Andhra Pradesh,Karnatak y Goa, en el que gente de todas las religiones participa. Este dios es el hijo de Shiva y Parvati, y evoca la sabiduría, la fortuna, y la prosperidad. La fiesta empieza cuando llegan las representaciones de los dioses: figuras de Ganesha, que normalmente varían entre 1 y 4 metros de alto, cada una distinta, diseñada y elaborada para la ocasión. Para transportar las figuras, se usan camiones o camionetas con música a todo volumen, focos, y para acompañar al dios, los miembros de la familia o el colectivo que vaya a acogerlo en su casa o en su barrio bailan y cantan subidos al vehículo. Muchos se pillan unas borracheras buenas y se tiñen enteros de rosa y rojo con el polvo que suelen usar para ponerse el puntito en el entrecejo. Dependiendo del poder adquisitivo de la familia, la figura del dios llevará diferentes materiales, tendrá diferentes tamaño, así como estará con ellos más o menos tiempo, porque cada día hay que hacerle varias ofrendas que se componen de fruta, flores, velas, dinero, etc. Lo que hace mucha gente es contribuir para traer un Ganpati al barrio, que se instala en casetas improvisadas para la ocasión. El día que Ganpati se va, hay que sumergirlo en las aguas del mar, lo cual causa una gran contaminación, y también es peligroso porque el dios-elefante no puede volver a la costa (esto sería un muy mal presagio), así que muchos valientes llevan la figura mar bien adentro, y cada año mueren varios ahogados. Así que estos días, por toda la ciudad, y sobre todo cuando cae la noche, se ven muchos grupos de gente bailando y tocando tambores enfervorecidos por la presencia de su dios, algunos que lo reciben, otros que lo despiden. El día 11 será cuando la mayoría de los Ganeshas sean llevados al mar, sobre todo en Chowpaty beach, debe ser todo un espectáculo. Se dice que esta festividad consiguió restablecer la unidad de los indios durante el periodo británico.

El otro día fuimos Edurne, Leire, y yo a dar una vuelta por el barrio (Byculla) y ver qué “elefantes” nos habían traído. Me sorprendió que había muchos, y ante cada uno de ellos, siempre había gente. Los había para todos los gustos, algunos realmente bonitos, otros horteras a rabiar, pero todos tenían sus platanitos y coquitos delante que la gente les había dejado como ofrendas.


jueves, 8 de septiembre de 2011

El baile de Xuxa





Cuando es el cumpleaños de alguna Hermana, las niñas del “boarding” preparan un programa con bailes, recital de poesía, algunas cantan…se prepara la sala de las comidas y del estudio con globos, flores, y se colocan los bancos en círculo. Unas hacen de presentadoras, otras actuany todas se ponen su mejor “salwar kameez” (traje típico) o “frog” (vestido normalmente con volantes, de estos “repipis” que les encanta). Las mayores suelen preparar unos bailes muy chulos y lo hacen muy bien, las pequeñas no suelen bailar porque no saben organizarse...
Por eso, esta vez Edurne y yo teníamos que organizar un baile con las pequeñas, y preferiblemente de una canción en español, para el cumpleaños de Sister Meena, la RMI provincial. Escogimos la de “Ilarilarile” de Xuxa (qué recuerdos) y lo que debía ser bastante sencillo y para lo que no pensábamos “rompernos la espalda” demasiado, acabó siendo una tarea harto complicada.
Primero, elegir qué niñas bailarían (1º problema: todas quieren bailar, y son expertas en dar pena y la tabarra), pensar los pasos de baile (2º problema: inventarse un baile entero, que sea divetido), y finalmente, y el más difícil todavía, que se lo aprendan y lo hagan a la vez. Estuvimos una semana ensayando cada tarde media hora, y cada día había algún incidente: hubo altas y bajas, interrupciones “boicoteadoras” de otras niñas, discusiones y risas. Yo, para “adornar” el baile que sería seguro desacompasado, les puse a cada una de las 12 niñas que finalmente iban a bailar, una flor en el vestido y un lazo en la cabeza.
Salió lo que salió, pero las monjas me felicitaron y yo vi que se rieron bastante, lo cual creo que fue bueno. Yo también me reí y me lo pasé bien después de todo, como una niña más.

Gracias por leerme, espero vuestros comentarios.
¡Hasta pronto!

jueves, 1 de septiembre de 2011

Últimos acontecimientos



fotos: paisajes y gente del slum de Reay Road.

Bueno, ya volvemos a ser unas cuantas voluntarias en el “equipo”: el lunes a la noche llegaron Edurne, la chica que estuvo el año pasado aquí por el Gobierno Vasco y Carla, la amiga de Ruth que no pudo venir el domingo pasado porque estaba mala. Llegaron juntas, porque casualmente tenían el mismo vuelo. Ruth fue con Sister Yoti a buscarlas, les llevó Lorens, el chófer de aquí. Así que ahora estoy en la “guest room” con estas dos alemanas, y Edurne está en el “guest room” de la Sisters.

Desde hace aproximadamente una semana, he empezado a dar clases de español Sister Fleggy después de comer. Solemos conversar durante unos 20 minutos al lado de la capilla, y también le explico las bases de la gramática. Sister Fleggy es una monja de Mangalore , de 27 años, que irá a la Casa Madre de su congregación, en Madrid, en los próximos dos años a recibir los votos, y estará allí 4 estudiando teología.
Normalmente hablamos de cosas intrascendentes, pero esta vez, ya al final, porque he visto que me da la confianza suficiente como para hacer este tipo de pregunta, y también por interés propio, curiosidad , se la he lanzado: cómo decidió dar el paso a hacerse religiosa, si estuvo segura, cómo supo que Dios “le estaba llamando”.
Al principio ha intentado explicarse en castellano, pero claro, le costaba mucho, así que al final ha acabado contándome su experiencia espiritual en inglés, y con visible emoción, que me ha contagiado. Me ha transmitido muy bien algo que para mí es difícil de entender: cómo sintió que había algo más profundo e importante, cómo se “enamoró” de Dios, cuánto sufrió su familia, que aunque es muy creyente, no quería separarse de ella.
Me cuenta, dándole especial importancia a este hecho, que vio a su padre llorar, algo que como en todas las culturas, pero más en ésta, suele estar mal visto. Entonces ella le dijo que si él quería, se casaría y llevaría la vida que sus padres siempre pensaron para ella, pero que no sería feliz nunca. Así fue como entendieron que iba en serio, y dice que ahora están contentos, porque le ven a ella feliz. Seguí preguntando, “¿cómo rezas?” (yo no sé) y me habló de una serie de estados en los que se encuentra la persona cuando reza, de las distracciones del principio, todas las ideas que vienen a la cabeza, pero como luego empieza a pensar en Jesús, en su vida y empieza a sentir mucho afecto, de Él hacia ella, y viceversa. Ella siente que Él va con ella. Dice que su relación con Jesús es como una pareja.
Yo no hablaba, sólo podía escuchar a esta joven religiosa hablando emocionada y por momentos atropelladamente de su relación con Dios. Acabamos la clase de español dándonos las gracias mutuamente, yo a ella también, porque su relato y su sinceridad no tienen precio.

El sábado por la mañana fuimos Edurne y yo con Shandya, Pryanka y Aruna Mery, 3 niñas del boarding a visitar a sus familias al slum (barriadas de chabolas) de Reay Road, no muy lejos de Regina Pacis. Llovía mucho, pero aun así decidimos ir porque las niñas ya estaban preparadas y emocionadas por salir. Compramos 3 cajas de dulces para ofrecer a las familias y luego cogimos un taxi que nos ha dejado al principio de la calle. Sorteando charcos y basura, llegamos a la casa de Shandya, para acceder a la cual había que subir una escalera. Allí nos recibió su madre y su hermano, y nos sacaron unos dulces. Nos hicimos unas fotos con ellos y hebajamos de nuevo a la calle, para ir a casa de Pryanka. Pero en su casa no había nadie, y es que el día anterior no había podido contactar con su familia, pero pensó que habría alguien en su casa. Al final de la calle estaba la casa de Aruna Mery, donde nos presentó a sus padres y a dos hermanos. Aquí también nos sacaron algo de comer. Ésta fue la última visita, y volvimos andando por toda la calle, siendo observadas, y observando a la gente. Yo saqué muchas fotos, y hubiera sacado muchas más, por que como ya he dicho alguna vez, es en estos lugares, así como en los pueblos y la India más rural donde está lo auténtico, la esencia.

El domingo fuimos a Ashadaam, una casa para niños con todo tipo de problemas físicos y mentales de las Religiosas de Santa Teresa de Calcuta. Nunca había visto hermanas de esta congregación, con el mismo sari blanco de franjas azules, y la cabeza cubierta, igual que Teresa de Calcuta. Los niños están en cunas individuales, no todos son tan pequeños, pero en su mayoría tienen deformidades físicas que les impiden moverse con facilidad. Había de todo, niños ciegos, con síndrome de down, en silla de ruedas, amputados, con parálisis mental…pero todos tenían algo en común: la sonrisa. Sí, una vez más volvemos a ser los que estamos “bien” los que aprendemos que los que están “mal”, los que vamos de visita de vez en cuando, a llevarles caramelos, a jugar con ellos, porque “somos buenas personas y queremos hacer el bien a los demás” acabamos recibiendo un regalo más grande que ese caramelo o esa tonta canción. Como alguna vez he hablado con mi padre, es una esforzada "generosidad egoísta”, porque doy para que me den. Me da satisfacción y me hace sentir bien, pero no por creer que has ayudado mucho a esas personas (en realidad has ayudado poco o nada, o de forma esporádica, temporal) sino porque no dejas de aprender de esas personas a las que vas a dedicar un poco de tu tiempo. Cómo superan cada día retos mucho más difíciles que ésos de los que nos quejamos tanto, cómo se puede ser feliz con mucho menos de lo material innecesario, y más de lo afectivo y moral, cómo en las pequeñas cosas también está la felicidad, cómo hay esperanza para todos.

También se puede aprender mucho de quienes realmente cuidan día a día a estas personas para que dejen de sentirse desdichadas. En este caso, no son trabajadores remunerados (trabajadores sociales, auxiliares de enfermería, etc.) sino unas mujeres que libremente han decidido entregar su vida a los demás, a amarles incondicionalmente, a cuidarles y hacer que su vida sea bonita y feliz. Entré en Ashadaam con unos caramelos y un poco de miedo por lo que me encontraría, y salí feliz de haber visto a unos niños con dificultades, pero felices y llenos de vida.

Subiré fotos desde el cyber. ¡Hasta la próxima!